Sistema Inmunitario Y Aparato Digestivo
El aparato digestivo (a.d) tiene un papel fundamental para el sistema inmunitario.
Después de la piel, el a.d. es el principal contacto de nuestro cuerpo con el mundo exterior y es el responsable por diversas funciones estructurales de nuestra vida. Es por eso que el a.d. tiene un número elevado de células inmunitarias. Cerca del 70% de estas células se encuentran en el a.d. para protegernos de los agentes patogénicos exteriores.
E conocimiento de esta realidad nos lleva a una conclusión: tener un sistema digestivo saludable significa tener un sistema inmunitario fuerte. Y lo contrario también es cierto, es decir, un a.d débil debilita o potencia la debilitación del sistema inmunitario.
Nuestra sociedad – que desafortunadamente ha alterado su dieta tradicional para dietas calóricas y desproveídas de nutrientes – ha potenciado patologías que yo llamo de “patología de la boca”. ¿Por qué? Porque nosotros (diría que casi todos o toda la sociedad) emborrachados por el “dulzor” de los “nuevos alimentos” estamos pagando muy caro por estos errores. Y nuestro a.d. sufre, el sistema inmunitario está más débil y abrimos la puerta a toda una gama de bacterias y virus. Es ahí donde surgen las enfermedades, especialmente las autoinmunes.
Y es muy fácil mejorar nuestra flora intestinal. Basta seguir algunas normas sencillas que la mejora será inmediata. Es mejor actual de forma preventiva y no reaccionar de forma desesperada, a toda prisa, tomando, por ejemplo, antibióticos que, paradójicamente, curan pero también empeoran el a.d. y el sistema inmunitario (no vale la pena hablar de esto porque la mayoría de personas que está leyendo este artigo sabe bien las consecuencias de los antibióticos).
Para mejorar nuestro a. d. y, consecuentemente, el sistema inmunitario, debemos considerar lo siguiente (con esta simple guía mejorarás tus niveles de energía y bienestar):
1- Despiértate por las mañanas y piensa: hoy va a ser un buen día. Un pensamiento bonito por la mañana ayuda a inspirar todo el día.
2- Toma en ayunas
Cúrcuma con pimienta negra, añádele una cucharada de aceite (grasa monosaturada) y mezclalo con tu leche preferido y una cucharada de sirope de ácer (es la opción para los más golosos, al igual que nuestro
azúcar de coco)
3- Ingerir alimentos simples, no procesados y naturales, preferiblemente sin gluten, soja o lácteos.
4- No olvidar la norma de oro: 200g de verde al día. Puedes hacerlo de forma sencilla, ingiriendo por la mañana un zumo verde, comiendo una ensalada a mediodía y una sopa con hojas verdes por la noche. Añade Spirulina o Clorela a tu sopa y zumo verde para multiplicar los niveles de clorofila en tu organismo.
5- Ingerir carne/pescado con moderación. Evita comer carne y pescado a la cena, si lo haces, nunca más de 150g. Recuerda que el a.d. por la noche necesita descansar. A partir de las 18h el cuerpo entra en una fase de descanso y desintoxicación del día. Dale una oportunidad a tu organismo de “limpiar el templo”, ingiriendo alimentos saludables y de fácil digestión.
6- Todos los días, haz un ejercicio muy sencillo: tumbado en la cama, pon tus manos en la zona del ombligo e inspira y expira haciendo fuerza en esa zona (tira de los tobillos para tras y siente toda la región lumbar contrayéndose tanto en la inspiración como en la expiración).
Cuida tu intestino, cuida de ti.
