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Meditación Para Niños: Los Beneficios Para Su Crecimiento
En los últimos años hemos redescubierto una de las prácticas espirituales más antiguas y longevas de todo el Oriente: el yoga. Al contrario de lo que podemos pensar, el yoga es mucho más que un ejercicio físico. Para decir la verdad, de hecho, el yoga es ante todo una práctica de meditación que ha evolucionado con el objetivo final de la salvación espiritual.
En un mundo cada vez más ajetreado, el yoga representa una excelente respuesta para combatir el estilo de vida sedentario y la falta de cuidado que le damos a nuestro cuerpo. Esta disciplina de origen indio favorece el desarrollo del control sobre nuestro cuerpo. Y, como sabemos, el organismo no está hecho solo de cuerpo, sino también de mente y espiritualidad.
Una vez que se ha reconocido sus beneficios en la mejora de la salud, y después de que muchos estudios científicos hayan validado sus beneficios, hemos comenzado a prestar atención también al aspecto de la meditación dentro el yoga. El famoso historiador Mircea Eliade explicó que el término yoga viene de la palabra sánscrita que significa "unir". Y el yoga es realmente capaz de unir cuerpo y mente, pero también puede unir a las personas, permitiéndonos reconectarnos con la naturaleza y con toda la creación.
La meditación es la columna vertebral de esta antigua disciplina, que se promueve y practica en muchas variantes diferentes. Es una disciplina muy flexible que puede ser practicada por cualquiera. La meditación, en sus variaciones más accesibles, es de hecho una excelente forma de alcanzar la relajación interior y la calma.
Por estas razones, la meditación para los niños constituye una herramienta muy beneficiosa para su crecimiento. Los niños absorben el estrés y el frenesí del mundo moderno y pueden desarrollar ansiedades, angustias y miedos que los limitan y dificultan su felicidad. La meditación para niños tiene como objetivo crear un espacio interior que ofrezca refugio, bloqueando las ansiedades y el ajetreo de los tiempos modernos fuera de la mente. Por esta razón, la meditación para niños representa una práctica educativa capaz de estimular un crecimiento saludable y desarrollar defensas efectivas contra los peligros del mundo moderno.
Los niños saben bien cómo aprovechar el juego y la imaginación para explorar la realidad, tanto interna como externa. La meditación para los niños les permite fortalecer su capacidad de concentración, atención y creatividad, pero también les ayuda a encontrar la calma y la relajación en cada situación.
Varios estudios científicos han demostrado que la meditación reduce la producción de cortisol, la hormona del estrés, al aumentar la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. La meditación para los niños les ayuda a mantener un estado emocional estable y a tolerar mejor las emociones negativas, a apreciar las emociones más agradables y a poder enfrentar las ansiedades y los miedos.
Por lo tanto, podemos emplear la meditación para los niños como una herramienta educativa: mejorarán su autoestima, su conciencia de sí mismos y de los demás, pero también la de su propio entorno. ¡Todas las habilidades indispensables para el futuro de nuestro planeta!
Para enseñar meditación a los niños, simplemente sigue la regla de la simplicidad. Es necesario presentar la meditación como un juego de fantasía, en el que uno se sienta cómodamente, con los ojos cerrados. Comenzamos prestando atención a la respiración, imaginando que somos una flor al amanecer, esperando que los primeros rayos de sol nos calienten. Las gotas de rocío caen de los pétalos y el sol sale lentamente, irradiando calor, serenidad y energía positiva.
Sugiere a los niños que dejen correr sus pensamientos como nubes en el cielo azul: deben dejar abiertas las puertas de su mente para dejarlos entrar y salir, sin detenerse demasiado en ellos. Otra forma de estimular la meditación en los niños es jugar con el mindfulness. El mindfulness es la versión occidental de la meditación, una técnica que ayuda a desarrollar la conciencia del momento presente y alcanzar la serenidad. Trata de hacer que tus hijos jueguen con el mindfulness de la comida, la meditación mientras comemos.
Para empezar bien el día, involucra a tus hijos en la preparación de un desayuno saludable, como nuestro Pequeño Buda, el brillante despertar de los adultos sabios y saludables del mañana. Solo tienes que añadir tres cucharadas de Pequeño Buda en una taza y mézclalo con medio vaso de leche vegetal. Decora con fruta o con nuestros mixes, como Semillas de la Sabiduría.
Mientras están comiendo, apaga la tele y cualquier otra fuente de distracción y anímalos a jugar al mindfulness: deben concentrarse solo en la comida, mirarla lentamente, olerla, tocarla y saborearla mordida tras mordida, masticar lentamente y tratar de disfrutar de cada matiz de sabor. ¡Con la meditación para niños criarás a los Grandes Budas del mañana!
