Consumir azúcar no es solo coger el bote, echar una cucharada y ya está, estoy comiendo azúcar. No. Amigos, el azúcar se ha transformado en una calamidad. Está literalmente en todas partes. Compramos galletas cargadas de azúcar, la mostaza tiene azúcar, el ketchup tiene azúcar, en los frijoles enlatados hay azúcar y en cualquier zumo industrial… ¡azúcar!
En 1700 un ciudadano europeo consumía 2kg de azúcar al año y a día de hoy comemos más de 30kg. Y, lo peor, es que ni siquiera somos conscientes de la cantidad de veces que estamos ingiriendo esta substancia.
Sin embargo, el azúcar es esencial para la vida. Debemos y necesitamos ingerirlo pero de forma moderada e inteligente.
Uno de sus grandes peligros es su carga glucémica. Así que la debemos “gestionar” con atención. Existen trucos muy sencillos que si los seguimos podemos comer algunos dulces con moderación y consciencia, sin dañar nuestro cuerpo.
Estas son algunas pautas importantes para todos (y especialmente para los más golosos):
- Nunca, nunca bebas un zumo, soda o refresco para saciar la sed. ¿Tienes sed? ¡Bebe agua! Mira nuestro post sobre hidratación que allí damos consejos interesantes.
- Elige siempre fuentes de azúcar no refinado. Por ejemplo, si quieres edulcorar algo, usa azúcar de coco.
- Nunca compres fructosa. La fructosa es una hepatoxina, es decir, obliga a que nuestro hígado tenga que hacer un gran esfuerzo para convertirla en grasa (y quién quiere grasa en su organismo?!?)… El resultado es parecido a cuando ingerimos alcohol, es decir, puedes acabar con el hígado graso.
- Come fruta dulce con moderación. La idea de que comer mucha fruta es sano es un gran error. La fruta no debe representar más del 10% de nuestra dieta y si es dulce, entonces no debería corresponderse a más del 5%. Vamos, que si coméis un plátano al día ya tenéis vuestro cupo diario cubierto. Lo mejor para la salud es ingerir fresas, frambuesas o arándanos.
- Azúcar y fibra – Beber un zumo de naranja es lo equivalente a comer 10 naranjas, ¡o más! El zumo de naranja entra directamente en nuestra corriente sanguínea, aumenta el azúcar, hace disparar la insulina (esclavizamos el páncreas) y luego entramos en hipoglicemia e nuestro cuerpo busca más fuentes de azúcar. El resultado es que volvemos a esclavizar el páncreas… vamos, que es la pescadilla que se muerde la cola.
- Siempre que estés comiendo un dulce, sea cual sea su forma o aspecto (gominola, bizcocho, zumo, fruta, etc), repite para ti mismo: “estoy comiendo un dulce”. Así serás mucho más consciente de la brutalidad de azúcar que, de una forma u otra, ingieres a diario.
A menudo conozco a gente que me dice: “yo prácticamente no como azúcar” y luego después de un intercambio de información esa misma persona concluye: “soy adicto(a) al azúcar y nunca me había dado cuenta”.
Amigos, nos sucede a todos. Nuestra sociedad está envenenada por la droga más potente que la humanidad ha inventado.
Como nota final: quitar el vicio del azúcar es más difícil que algunas toxicodependencias. Prueba hacer un detox de azúcar durante un mes y verás lo difícil que es.
Un abrazo a todos,
Gonçalo